Tsundoku, el arte de acumular libros por placer Posted in: Costumbres
¿Cómo nombrarías la pasión por acumular libros, por tener una pila de libros por leer que seguramente jamás será pequeña? En el japonés existe una palabra que describe esas costumbres: “Tsundoku”.
Disfrutar husmeando en bibliotecas y librerías tiene un riesgo que, para muchos, es un auténtico placer: terminar acumulando libros apilados o en las estanterías por encima de nuestras posibilidades. Este acopio de tomos tiene un nombre concreto en japonés: tsundoku . Un término que ya se ha comenzado a utilizar en los cinco continentes.
El tsundoku se puede traducir popularmente como “bibliomanía”. Este concepto describe la sensación de tener un hogar con libros apilados por el simple placer de verlos. La palabra viene de los términos de la jerga popular japonesa tsunde-oku, que quiere decir apilar cosas para luego y marcharse, y dokusho, que significa leer libros.
El tsundoku
Un concepto japonés que describe la sensación de tener un hogar con libros apilados por el simple placer de verlos
A primera vista, puede parecer que el tsundoku lo ‘practican’ personas sombrías que acuden a las librerías con ese afán de seguir alimentando la pila. Sin embargo, es más que probable que todos los amantes de la lectura dispongan de ejemplares en sus bibliotecas que no han terminado de leer, ya sea porque no les convence el argumento, porque buscan sin éxito esos 15 minutos que permita darles una oportunidad, o bien porque esperan a que llegue ese momento de relax que permita devorarlos.
Y es que, para muchos, estar rodeados de libros aporta una sensación reconfortante y la tranquilidad de tener más conocimientos y entretenimientos a mano.
Open Culture explica sobre el origen de esta bonita palabra, así como los conceptos que abarca:
La palabra se remonta al inicio mismo del Japón moderno, la era Meiji (1868-1912) y tiene su origen en un juego de palabras. Tsundoku, que literalmente significa ‘pila de lectura’, se escribe en japonés como_ _積ん読. Tsunde oku significa dejar que algo se apile, y se escribe 積んでおく. Algún bromista de principios de siglo cambió ese oku (おく) de tsunde oku por doku (読) que significa leer. Y puesto que tsunde doku es difícil de decir, la palabra se compactó para formar tsundoku.
Ahora bien, si acumular lecturas no es una cuestión de libros físicos, ¿podemos usar el término tsundoku para la pila virtual que muchos tenemos en dispositivos móviles y plataformas de lectura? Pero detengámonos un momento, ¿cuántos de esos libros realmente leeremos? y ¿podremos leer todos los libros que existen? Por supuesto esta última pregunta se responde con un “no” inmediato, pues prácticamente es imposible, tal vez podamos leer algunos de los imprescindibles. Sin embargo, para la primera sí que podemos mejorar nuestras técnicas de lectura y recordar lo que leímos, pero también debemos tener en cuenta que hay un límite, y que los métodos mágicos que prometen que leerás 300 libros en un mes son en realidad una estafa.
Así pues, aunque ya tenemos una bonita palabra para describir una práctica que muchos amantes de la lectura realizan: tener pilas de libros por leer y acumularlos por el puro placer de tenerlos; también debemos tomar en cuenta que existen los Derechos de los lectores y uno de ellos radica precisamente en dejar un libro a medias si no nos gusta. Así es, olvida lo que te hayan dicho en el colegio, los lectores tenemos el derecho de abandonar una lectura si no nos llena o no era lo que esperábamos, pues, como dice el dicho: la vida es demasiado corta para libros malos.
También debemos recordar que para avanzar en nuestras lecturas los audiolibros son una excelente opción. Y es que, pese a lo que algunos puristas pueden pensar, escuchar libros también es leer.